sábado, 13 de marzo de 2010

¿Qué e-participación quieren los políticos?

Dra. Susana Finquelievich
Investigadora Independiente del CONICET

¿Qué e-participación quieren los políticos?

Las tecnologías de información y comunicación (TIC) y particularmente Internet 2.0, ¿Favorecen la participación publica en la política? Las TIC tienen el poder de revolucionar el accionar de las redes sociales. La llamada e-participación ha probado su capacidad de seguir, apoyar e influenciar campañas políticas tanto en países desarrollados como en periféricos.

No se trata de una innovación reciente. Los cacerolazos electrónicos realizados en Venezuela en el año 2000, las convocatorias a asambleas barriales y su seguimiento en Internet en la crisis argentina del 2001-1002, fueron precursores de los activismos políticos desarrollados a través de blogs y otras herramientas TIC (netroots). También incluyen las comunicaciones por telefonía celular, sobre todo los mensajes de texto (SMS).

En los primeros meses de 2003 diversos foros sociales y ONGs, como Greenpeace, movilizaron a ciudadanos de todo el mundo, que salieron a la calle para intentar impedir la guerra contra Irak liderada por Estados Unidos. Fueron las demostraciones publicas primeras convocadas por Internet y SMS

Vivimos un momento de posible transición, desde una democracia representativa hacia una democracia electrónica, en la que los ciudadanos tienen, por medio de la tecnología, la posibilidad de interactuar directamente entre si y con los políticos que les interesa apoyar o disputar. Las TIC posibilitan transformar a los "receptores" de la democracia mediática, basada en una comunicación unidireccional transmitida por radio, televisión, diarios y revistas, entre otros, en emisores de mensajes políticos para decidir cómo y qué asuntos deben ser incorporados en una agenda política que les afecta.

Por su parte, los gobernantes pueden conocer “de primera mano” los intereses de los representados, por medio de las expresiones ciudadanas en blogs, foros, chats. Los partidos políticos han hallado una nueva manera de acercase a posibles votantes e interactuar con ellos, con contactos directos, amistosos, casi familiares, en redes sociales como Facebook ¿Cuántos de los lectores navegadores de Internet han recibido ya “solicitudes de amistad” de conocidos políticos “presidenciables”? Quien no los haya recibido aun, que levante la mano: o no esta en los padrones, o no figura en ninguna red social.

Las demostraciones políticas se multiplican en My Space, y Second Life es un espacio mas para celebrar mitines, congresos y convenciones partidarias o de oposición. Los blogs y otras herramientas se vuelven medios poderosos que pueden influir en la opinión pública, favorecer o hacer declinar estrellas políticas, reunir fondos para campañas y llevar ciudadanos a calles y plazas, en una circulación permanente entre el mundo virtual y presencial, entre el ciberespacio y el espacio publico urbano. Las TIC se manifiestan como facilitadoras de procesos sociales. Son herramientas para la ruptura de monopolios de información, plataformas de interacción. Sirven para aumentar la transparencia en el proceso de toma de decisiones y en las propuestas en las diversas etapas del proceso participativo, para nutrir el espacio público con información, y para conformar redes multi-actorales.
Esta “nueva” participación está basada en diversos mecanismos para que la población tenga acceso a las decisiones del gobierno de manera independiente, sin necesidad de formar parte del gobierno o de un partido político.
Todo este movimiento abre un interrogante ¿Quién quiere que la gente participe, para que y en que grados? Actualmente, resultaría políticamente incorrecto decir que la gente no debe/quiere/puede participar. No obstante, el acento de la participación en mecanismos por fuera del aparato estatal, la apertura de nuevas dinámicas ciudadanas, implican también nuevos riesgos para el poder. Una vez instalada la e-movilización, ¿Con qué se le responde?
La E-participación implicaría una transformación en la relación de los partidos políticos, no solo con la ciudadanía, sino también en el interior de sus propias estructuras y prácticas. Actualmente, numerosos líderes políticos buscan el consenso de los ciudadanos, y su movilización positiva, a través de demostraciones en línea o en las calles, además de sus votos. Las estrategias en Internet sirven para vender una imagen de liderazgo mas actualizada, joven y cercana a una parte de “las masas”.
La e-participación necesita sin embargo de algo más: de la manifestación clara de las necesidades e intereses de los ciudadanos, del debate amplio de las ideas, de la búsqueda de acuerdos mas que de consensos. Requiere que las ideas y propuestas ciudadanas sean tenidas en cuenta para los programas políticos, en las propuestas de leyes, más allá de las campañas electorales, en la cotidianeidad.
Finalmente, ¿qué tipo de participación se debería impulsar? La respuesta parece obvia: aquélla que mejora las condiciones de vida de los ciudadanos, la participación informada, estructurada en torno de actividades. Sabiendo siempre que esta participación, puede ser puntual, aunque siempre renovable.

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